lunes, 10 de agosto de 2015

Ningún pecado: Aún recuerdo el ayer.

Nuestro primer año en Irlanda; Hubo cosas que no recuerdo a la perfección, supongo que mi mente quiere borrarlas a toda costa y se empeña en engañarme de que no sucedieron, espero haya sido así. Despertar con una buena rebanada de pastel hecho por mi mamá, celebrando mi cumpleaños número 10 y platicarle este horrible sueño, luego ella me calmara, mi mañana mejorara con mi abuela llegando con un juguete y se pasara el día con nosotros en familia.
Desembarcamos en Doovilra, en un muelle improvisado cubierto de basura y maleza, querían dar el aspecto de estar abandonado, pero nuestros enemigos no eran tontos, sabían que Irlanda era una isla rodeada de mar, evidentemente, con cientos de puertos y con una superficie mucho menor a la mayoría de los países latinos, entonces aclarado lo anterior mi pregunta era: ¿Cómo diablos creían que iban a engañarlos con un muelle abandonado y dos submarinos enormes besando sus costas? Era demasiado obvio que tendrían todo vigilado.
Nuestras dudas comenzaron cuando el segundo submarino comenzó a tener fallas "técnicas" muchos juraron haber escuchado una explosión pequeña, lo único que supimos fue que Roberto nos dio la orden de ayudarlos a desembarcar, cada capitán de cada tribu hizo lo mismo, sacamos lo que pudimos, en total solo desaparecieron tres personas, pero más de un centenar de armas y provisiones. Roberto, Goliat, Leo y otros hombres del grupo cargaron lo más pesado, en estos casos yo me quedaba en silencio, muchas mujeres se quejaban del machismo al no asignarles tareas así, pero yo no quería meterme en ese tipo de problemas y era un poco mejor para mí, resultaba extraño que no me añadiera a ese tipo de causas de igualdad. Sarah y yo organizamos provisiones, tenían que durar una infinidad de tiempo, era otra estupidez, tendríamos que comer como un montón de pájaros con raciones pequeñas para que rindiera, pero en fin, a veces cuando estas en guerra o  cuando siempre traes esa adrenalina corriendo por tu cuerpo, el hambre se te olvida por completo y la sed no se queda atrás.
-Parece que quieren asesinarnos... 
Dijo el estúpido de Leo desacomodando las latas poniendo su pie cerca de ellas, yo no dude ni un segundo en tomarlo de la pierna y alejarla a la fuerza, mis dedos apretaron muy fuerte su piel, aun siendo un pantalón militar de tela gruesa pude ver en sus ojos el dolor que sintió. 
-Creí que deberías estar con los demás "hombres" cargando los artículos pesados.
-Suéltame maldita perr...
-¿Que sucede aquí?
Irrumpió Roberto tomando a Leo del hombro, yo solté su pantorrilla discretamente y continué cargando las provisiones. Aunque ese tonto tenía razón, cuando viajábamos en el submarino, donde es el sitio más hermético y aislado que he estado, me paso por la cabeza que esto parecía una misión suicida, pisar la tierra enemiga en guerra siempre lo es, pero esta tarea que nuestros superiores habían ordenado, estaba de mas.  
Después de aproximadamente dos horas de retraso donde pudieron habernos matado, parecía que estábamos jugando o haciéndonos tontos, era desembarcar e irnos, pero nuestro deber como guerreros y honor de soldados nos obligaba a ayudar, ya ni sabíamos como podíamos clasificarnos. Todo mi equipo tenia que llegar a un poblado llamado Adare, eso era demasiado trayecto, básicamente era extendernos a toda Irlanda como polillas en un mueble, el problema era ¿Cómo? ¿Arrastrándonos si veíamos aeronaves de guerra? ¿Corriendo entre los arboles? ¿Secuestrando autos si las cosas se complicaran en serio? Había cosas para las que no fuimos preparados, pero en ese momento aun no sabíamos que sucedería en nuestro turbio futuro. Nuestra tribu partió a las montañas, cada una de ellas tomo un camino diferente por las mismas elevaciones, parecían ser la mejor forma de movernos en estas tierras bélicas, escuchaba a los argentinos cantando cada vez mas despacio, se iban alejando de nosotros, Goliat se preguntaba como les habían permitido traer sus instrumentos e ir interpretando sus canciones antiguas, aunque no a muchos parecía importarles, el Capitán Roberto estaba mas enfocado en nosotros y que todo saliera acorde al plan establecido, no debería haber errores, podíamos pagarlos muy caros, antes de enlistarme en esta guerra, se rumoreaba que si salíamos vivos igual nos asesinarían como castigo por no pelear hasta la muerte, algo similar a los Rusos durante la segunda guerra mundial, claro solo eran rumores. También recuerdo bien a Marco Poulsen, quien era hijo de un danés, por esa razón muchos no confiaban en el, pero el ni siquiera había pisado Dinamarca en su vida, ni conocía mucho la cultura del país de sus ancestros, a mi me parecía confiable y valiente, era mucho mejor elemento que otros que teníamos en la tribu 76, el decidió ir hasta adelante del equipo, revisando cada cosa que mirara en las montañas y alertando del peligro, parecía ser el tipo de persona que daría la vida por los demás y eso me preocupaba, debíamos mantener los elementos fuertes a salvo y los elementos débiles tan solo tenían que cuidarlos y defender a estos últimos, inclusive con su vida, pues a mi forma de ver esto, valían menos en batalla. Roberto era diferente, nos miraba a todos iguales y no hacia distinción alguna de nuestros rasgos, habilidades o valentía, tal vez por eso era el líder, recuerdo cuando le dijo a Leo que cuando esto terminara, todos iríamos directo a Alemania a tomar cerveza y celebrar nuestra victoria, el estúpido se lo creyó.   
Pasaron dos días de vagar entre las montañas y descansar, planear rutas y ser cautelosos en caso de toparnos con alguna base militar de la Unión Europea, nada nos preparo para lo que venia a continuación, tal vez en ese primer año aun no era tan fría como ahora, me impresionaba mas ver un cadáver o ver a alguien morir, desgraciadamente estando en el frente, esas sensaciones van perdiéndose, tu humanidad se va disolviendo de a poco. 
-¡Capitán! ¡Capitán! hay dos cuerpos a dos metros abajo, en una ladera.
Marco gritaba tan alto como podía y se acercaba a la tribu agitado.
-¿Dos cuerpos? ¿Irlandeses? 
-Traen de nuestros uniformes, capitán.
-Están aquí... Saben que estamos aquí.
Roberto respiro profundo, no quería alterarse ni parecer débil, todos dimos por hecho que si habían alcanzado alguna tribu en tan solo dos días, era evidente que llegarían a nosotros en un abrir y cerrar de ojos, pero luego Marco pronuncio algo que nos desoriento a todos.
-Los cuerpos están en avanzado estado de descomposición, si fueron asesinados, no fue en estas 48 horas y ellos no desembarcaron con nosotros.
Pasamos los siguientes minutos buscando, no paso ni siquiera una hora cuando encontramos mas cuerpos, el hallazgo nos pareció horripilante y sobre todo muy desconcertante, se suponía que todas las tribus latinas habían arribado apenas, después de investigar un poco, descubrimos un campamento y los restos humanos pertenecían a elementos de la Tribu Brasileña 90 que supuestamente había sido destituida o así nos habían hecho creer. En el 2040 Inglaterra introdujo bases militares en Irlanda, a la república independiente pareció no importarle por el hecho de aliarse para la guerra, que en aquel tiempo apenas comenzaba a querer florecer; ese día nos topamos con una de esas bases, aún en funcionamiento.
Roberto dio la orden de dispersarse entre los arboles y agruparnos en equipos de cuatro, Goliat, el inútil de Leo y yo, permanecimos con el, como si el destino supiera que solo nosotros terminaríamos con vida hasta el final. Dimos el primer ataque, los soldados ingleses se formaban y atacaban sin piedad, vi como asesinaron un par de compañeros, a quienes nunca amisté mucho, en ese momento me dolió pero no por mucho, ademas supe que teníamos que seguir adelante y estar fuertes, Goliat logro derribar varios hombres y solo le ayudamos a "terminar el trabajo" asesiné a uno disparando en su cabeza. Un soldado intento golpear a Roberto, pero pude admirar como el se defendió y logro abatir a su atacante, sus maniobras en combate siempre habían sido buenas, ademas de medir todos los peligros y responsabilidades de sus golpes y ataques, era muy inteligente, demasiado a mi parecer, nos ordeno no acercarnos tanto a la base de los ingleses, puesto que así ellos tendrían ventaja sobre nosotros, estaríamos en su "madriguera" y si queríamos acabar ese nido de ratas, debíamos ser inteligentes. Leo tuvo la indecencia de lanzar un explosivo que puso en peligro la vida de Goliat y Marco, no midió sus consecuencias, aunque debo admitir que en parte fue una buena decisión, pues dejo inservible parte de los recursos del enemigo, Roberto grito que no había tiempo para regaños o reproches que solo siguiéramos adelante, pues cada minuto pensando era una gran desventaja colosal para nosotros.
Ganamos esa pelea, ellos eran pocos y por fortuna, no lograron dar aviso ni pedir algún tipo de refuerzo.
-No se que haría esa tribu aquí o por qué llegarían antes que nosotros.
Repetía Roberto una y otra vez dando vueltas.
-Capitán la temperatura va a decender en breve, muchos de nosotros no hemos experimentado un frío como el que se vive aquí, debemos  movernos.
-Avísales a todos Goliat.
Nos pusimos en marcha tan pronto como pudimos, miré a Sarah indiferente, a pesar de ser una mujer no mostraba signos de estar afectada por lo que vimos, intenté imitarla, poco a poco se me iría pasando la repulsión sentida, solamente Leo parecía tener un ataque de nervios el cual se esforzaba por ocultar. Teníamos que llegar a Adare a como de lugar, no podíamos permitirnos tener contratiempos, como si fuera pocas las sorpresas de ese día, frente a nuestros ojos apareció la tribu argentina, al menos varios de sus miembros muertos y otros tantos moribundos, Roberto dio la orden de buscar a quienes estuvieran en condición de sobrevivir, por desgracia no encontramos a nadie con esas características, entre unos arboles pude ver a un hombre aun respirando, traía su instrumento en la mano, era uno de los músicos, agarre fuerza, tomé aire y me acerque intentando mantener la seriedad, no podía quebrarme, a partir de ese día seria otra, fuerte, valiente, sin miedo de morir, aunque hasta donde yo se solo tenemos una vida y no podemos perderla en una guerra, peleando problemas de otros.
El argentino tenia varios impactos de bala y estaba a punto de morir, aun así, traía su violín muy aferrado y parecía estar delirando mas que un adicto bajo el efecto de las sales.
-Disculpa ¿Sabés si me dieron mi baja y volveré a Formosa? Mi novia esta alli y le quiero pedir matrimonio ¿Vos sos ella?
-No. Le contesté de manera seca.
-Tengo una canción para vos, ahora no se porque no puedo tocar, pero la cantaré... Un bel dí, vedremo, levarsi un fil di fumo, sull'estremo con fin del mare...
El tipo continuo cantando cada vez con menos fuerza hasta que se apago, no seria prudente detenernos a enterrarlo, así que solo le eche algunas hojas encima y parte de su tienda de campaña, para que de cierta forma quedara sepultado. Roberto se me acerco al verme divagando y me tomo del hombro intentando reconfortarme, no creía que podía sentirme bien en ese día, es mas, no sabia que en toda nuestra estancia aquí podría si quiera sonreír, pero en ese momento después de abrazarlo, me sentí tranquila...

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2 comentarios:

  1. Ya quiero que salga el capitulo 3, y luego el libro, y después el comic, y posteriormente la película, que emoción.

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    1. La película de bajo presupuesto donde Roberto sera un bato chaparro y Melissa asiática y seria odiada por los fans hasta 10 años después harán una película buena y que sea fiel a la novela jaja

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